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Cuando una madre decide no amamantar

Podemos partir de que el 98% de las mujeres tenemos la capacidad para amamantar y que es el alimento ideal para un bebé, sin embargo, la lactancia no es para TODAS las mujeres y cada una tendrá sus motivos personales muy válidos.


El problema es que en cuanto nace un bebé todas las personas que nos rodean opinan y nos dicen qué hacer, algunos con conocimiento de causa, como el personaje salud que nos querrá motivar haciéndonos saber todos los beneficios de la lactancia y otros sólo de acuerdo con su experiencia, como la familia y amigos. Ahí debemos detenernos y comprender que nadie tiene la misma historia que yo y por lo tanto, no pueden opinar, sólo sugerir pero jamás juzgar.


Sabemos que la lactancia no es solamente proporcionar el alimento que necesita nuestro hijo, nos brinda a ambos grandes beneficios y uno de ellos es ayudar a establecer un vínculo afectivo mediante el contacto físico constante entre la madre y su bebé, sin embargo, cuando la lactancia no se establece, existen alternativas para establecer un apego seguro con nuestro hijo. Siempre será preferible que la madre esté emocionalmente estable y dispuesta para su hijo, no tiene sentido dar pecho de manera exclusiva durante seis meses y seguir todo lo que dice la OMS si después fuma en la cara de su hijo, lo deja ver televisión durante horas, no le lee cuentos en la noche o le da comida chatarra. Hay muchas maneras de ser una buena madre, más allá de la lactancia materna.


Las situaciones más comunes por las que no se establece la lactancia son: Confusión de succión, problemas en los pezones, Bulimia, anatomía de la madre (subdesarrollo de la glándula mamaria), problemas de salud, consumir algún medicamento incompatible con la lactancia, falta de información y apoyo, sentimientos de vergüenza, pensar que afectará su figura de forma negativa, abuso sexual, menosprecian la lactancia, etc.


Tenemos que tomar en cuenta que no es igual decidir no amamantar que fracasar: si yo deseaba amamantar y fracaso, es muy probable que me sienta afligida, cuando es por decisión no habrá este sentimiento, pero si puedes sentir la presión social ya que ahora hay más conciencia acerca de los beneficios de la lactancia y esto te lleve a la culpa, no lo permitas.


Laura Gutman en su libro la maternidad y el encuentro con tu propia sombra explica que después del nacimiento persiste una unión entre la madre y su hijo a nivel emocional donde el bebé es una representación del alma y los sentimientos de su madre, así lo que ella vive, recuerda, le preocupa o rechaza, él lo vive como propio. Por lo tanto, el bebé manifiesta las emociones de la madre, sobre todo las que nos ocultamos a nosotras mismas. Cuando una madre no tiene una buena relación con su propio cuerpo, difícilmente podrá amamantar en libertad.


Por lo tanto, para amamantar se necesita introspección, un sostén emocional y mucho apoyo.


Es triste darnos cuenta de que una de cada tres mujeres ha sido abusada sexualmente de una u otra forma y esto tendrá efectos a largo plazo, incluyendo la lactancia, el embarazo y puerperio son momentos clave para que la mujer se percate, o lo recuerde y puede somatizarlo con mucho dolor en los pezones mientras se amamanta, sin que haya ningún signo de grieta o infección en el pezón. En este caso solo hay dos soluciones: extraer la leche y ofrecerla en un biberón o no amamantar.


Es muy importante tomar en cuenta que el método con el que alimentamos a nuestros hijos no nos hace una buena o mala madre y en muchas ocasiones sólo es un reflejo del sistema y la cultura en que estamos inmersas y que es deficiente en el apoyo a las madres lactantes.


Se pide a las mujeres que amamanten, pero no hay espacios especiales para hacerlo, la publicidad nos bombardea con fórmulas, biberones y chupones, la formación del personal de salud en esa área es deficiente, y por lo tanto, sus consejos pueden ser equivocados, las leyes son deficientes en este aspecto y hay poca cultura al respecto.


Si decides no amamantar, estas sugerencias te pueden ser de ayuda:


  1. Cuando des el biberón ofrécelo siempre cargándolo y alterna las posiciones, es decir, dale la mitad del biberón con una mano y el resto con la otra, esto te permite estimular ambos lados de su cuerpo.

  2. Trata de hacer contacto visual mientras lo alimentas y háblale, de forma que sea un momento especial que se preste a la comunicación.

  3. Una o dos veces al día puedes hacer cuidado canguro: abre tu blusa y coloca a tu bebé solo con el pañal sobre de ti, de forma que se queden piel a piel y tápense con alguna frazada para mantener el calor.

  4. Dedica un momento especial del día para jugar con tu bebé o darle un masaje para ofrecerle un tiempo de calidad

  5. Se benévola contigo misma, siempre hacemos lo mejor que podemos con la información que tenemos.

  6. Conocer a otras mujeres que no han amamantado puede ayudarte a lidiar con los sentimientos que tengas.

  7. Entender el motivo por el que no deseas o no pudiste amamantar y diferenciarte de tu cuerpo.

Para evitar que las mujeres sientan culpa por no amamantar, lo que se precisa no es evitar promocionar la lactancia sino promocionarla junto con un buen apoyo, basado en el conocimiento y con recursos. Esto no está sucediendo en la mayor parte de las sociedades americanas y europeas.

Jack Newman

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