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Lactancia materna de un bebé prematuro.

Un bebé prematuro es aquel que nace al menos tres semanas antes que su fecha probable. El término cubre un espectro muy amplio, desde un pequeño frágil, delgado, nacido meses antes, hasta uno sano, robusto y nacido sólo unas semanas más temprano.


Sentimientos de los padres.


Es lógico que haya un desconcierto ante un incidente como este. En el caso de la madre, se puede sentir culpable, pensando en que su cuerpo no dio la medida para mantener a ese bebé el tiempo adecuado en su vientre o confundida, ansiosa y enojada de que las cosas no estén saliendo como debieran ser. Sentir tristeza al ver el aspecto del bebé, que en ocasiones es chiquito, delgadito, con poca grasa bajo su piel, y rodeado de aparatos y tubos. El papá pasará por las mismas etapas, sin embargo, no siempre con el mismo ritmo, y hay que recordar que los hombres no expresan de la misma forma que las mujeres sus sentimientos, por lo tanto, esto puede generar desacuerdos en la pareja. No obstante, todo esto pasará y se irá resolviendo poco a poco con buena comunicación.

Para muchas madres es reconfortante saber que mediante su leche pueden ayudar a sus hijos a crecer y desarrollarse. La lactancia puede ser el único vínculo que tenga con su hijo, cuando no puede abrazarlo, ni cargarlo, sobre todo cuando el pequeño se encuentra muy delicado, lo que dará frutos para un vínculo afectivo fuerte posteriormente.

Hay que recordar que una madre lactante es diferente, desde el punto de vista hormonal, con respecto a las mujeres que no alimentan al seno, ya que en su cuerpo la lactancia provoca que se secreten hormonas como la oxitocina y la prolactina que la ayudan a estar un poco más relajada, encausan el amor de la madre hacia su hijo y hay más disposición y tolerancia para adaptarse a las necesidades del bebé.


¿Por qué es importante que tomen leche materna los bebés prematuros?


Amamantar a un prematuro puede significar un reto, sin embargo, alimentarlos con leche humana es algo crítico en su salud. Los bebés prematuros, especialmente los más pequeños y delgados, se enfrentan a grandes retos. Ellos aún no están listos para vivir fuera del útero materno, tienen un sistema digestivo inmaduro, por lo tanto, la leche materna les ofrece muchas ventajas significativas. La proteína de la leche materna es de más fácil digestión y cubre mejor sus requerimientos. La grasa es una importante fuente de energía para el crecimiento de los prematuros y la leche humana contiene una enzima, llamada lipasa, la cual ayuda al bebé a digerir la grasa de la leche en una forma más eficiente.


En las primeras semanas después de haber nacido, la leche de las madres de bebés pretérmino contiene mayores cantidades de proteínas, grasas, sodio, hierro, cloro y otros nutrientes en comparación con la leche de las madres que dieron a término. Aunque esta diferencia empieza a desaparecer cerca del mes después del nacimiento, algunas diferencias son evidentes incluso hasta a los 6 meses.


El beneficio más importante para los bebés que están en las salas de neonatos, es la forma en que los protege de las infecciones, debido a que la leche de las mamás que dieron a luz a un prematuro es diferente, contiene mayor cantidad de factores antiinfecciosos, antiinflamatorios, células vivas y otros. Los bebés que son alimentados con leche materna son menos propensos a padecer enterocolitis necrozante.


Se sabe que la leche materna también contiene hormonas, enzimas y factores de crecimiento, lo que ayuda a su sistema digestivo, inmunológico y nervioso a madurar. También se asocia la lactancia materna con un mejor desarrollo visual en los bebés prematuros y scores más altos en las pruebas de IQ en la niñez.


Al momento del nacimiento, los pechos aún están pasando por cambios mientras empiezan a producir leche. Los senos transportan grandes cantidades de sustancias protectoras a través del torrente de la madre a la leche. Una de estas sustancias es la Inmunoglobulina Secretora A (SIgA), un anticuerpo especial que los bebés solamente pueden recibir a través de la leche materna. Con el paso de los días la cantidad de esta sustancia protectora disminuye. La leche madura también es de gran beneficio para su bebé, pero el calostro contiene la mayor cantidad de sustancias protectoras.


La lactancia materna no sólo es importante para el bebé, también lo es para la madre, ya que es un buen inicio para generar un vínculo afectivo con él, da el sentimiento a la madre de que puede hacer algo muy importante para su bebé, ya que las enfermeras y los doctores serán quienes probablemente estén cuidado de él, sin embargo, es la madre quien provee de la leche que le ayudará a crecer.


Es muy importante, que lo antes posible se permita tener contacto físico con el bebé a la madre, se sabe que proporciona grandes beneficios para el pequeño, incluso existe un método llamado Canguro, en el que la madre hace las veces de la incubadora poniendo al bebé solamente con su pañal, directamente sobre el pecho desnudo de su madre o padre, y colocando después su ropa y una manta, esto lo mantiene caliente, le da estabilidad fisiológica y confort a través del contacto piel a piel. También permite que el bebé amamante directo de su madre. Sin embargo, no todos los bebés son susceptibles de estar en este tipo de cuidado, para mayor información sobre el tema se puede consultar la página www.kangaroomothercare.com.



¿Cómo se produce la leche materna?


A partir del momento del nacimiento, los pechos de la madre producen pequeñas cantidades de leche llamada calostro, el cual contiene altos niveles de factores inmunológicos. Conforme los niveles hormonales de estrógeno y progesterona baja, los pechos empiezan a producir más leche, a lo que le llaman la “subida de la leche” o “golpe de leche”. Si la leche materna no es extraída, ya sea por el bebé o un buen extractor de leche, los pechos pueden congestionarse en forma dolorosa. Cada vez que el bebé amamanta, y por lo tanto el pezón es estimulado, se secretan dos hormonas, como habíamos mencionado antes: prolactina y oxitocina.


La prolactina es la encargada de indicar a la glándula que debe producir leche, si la leche es extraída constantemente los niveles de prolactina se mantienen elevados, estimulando a que se produzca más leche.


La otra hormona, oxitocina, hace que las células que están alrededor de la glándula se contraigan para “exprimir” la leche y que ésta salga, a lo que se le llama eyección de la leche.


Una vez que la producción de leche empieza, funciona bajo el principio de demanda. Cuando el bebé toma el pecho, el cuerpo responde fabricando más leche. Así que entre más leche tome el bebé y más seguido, más leche se producirá. Si el bebé toma menos leche, el cuerpo de la madre disminuye la producción de leche.


¿Pero qué pasa si el bebé no puede alimentarse directo al pecho? Lo que trataremos de hacer es simular el proceso anterior utilizando un buen extractor de leche o usando nuestras propias manos. Y lo ideal es empezar lo más pronto posible a estimular la glándula, sin embargo, hemos de tomar en cuenta que en las primeras sesiones será totalmente normal que no se obtengan sino solamente unas cuantas gotas de calostro o incluso, nada, así que esto no debe preocupar o desanimar a la madre a continuar, poco a poco se irán obteniendo mayores cantidades de leche, hasta incluso juntar varias onzas. Esto sucede generalmente hasta después del tercer o cuarto día de haber dado a luz.


La leche extraída se puede almacenar en el refrigerador hasta por 48 horas o congelarla inmediatamente para usarla posteriormente. Extraer la leche sirve para dos fines: provee leche para alimentar al bebé e indica al cuerpo de la madre que debe producir más leche de forma que una vez que el pequeño pueda lactar, habrá una buena producción de leche.


Extracción de la leche


Cuando el bebé no puede lactar directo del pecho, la madre debe extraerse la leche para mantener la producción de leche. Entre más pronto empiece la mamá a estimular sus pechos (idealmente dentro de las primeras seis horas después del parto), será mejor. La extracción temprana y frecuente de la leche materna está correlacionada con una mayor producción de leche.

Extraer leche entre ocho y diez veces al día en los primeros ocho a diez días ayudará a establecer una buena producción de leche (alrededor de 750 ml por día). Es conveniente mantener la bomba extrayendo leche mientras se vean gotas de leche salir, una vez que se detenga el goteo o los chisguetes, se continúa extrayendo leche por uno o dos minutos más, esto ayudará a mantener la producción.


El calostro es como un medicamento para el bebé. Cada gota debe ser recolectada y almacenada.


Es más efectivo extraer la leche más seguido que hacer pocas sesiones por largo tiempo. Por las noches se recomienda a la madre dormir un lapso de unas 6 horas seguidas para obtener el descanso suficiente, ya que generalmente los días pueden ser tensos y con mucha presión de tiempo.


Es importante mencionar que antes de que la madre extraiga la leche se tome un momento para relajarse y masajear los pechos de la siguiente manera:


Se inicia el masaje en la parte más alejada de la areola (parte obscura alrededor del pezón), se usa las yemas de los dedos para realizar movimientos circulares alrededor del pecho en el mismo lugar. Luego se mueven los dedos a otra área y se repite el masaje. Se recomienda masajear el pecho en forma de espiral hacia el pezón.


Si la madre se está extrayendo la leche de cada pecho en forma separada, se le sugiere alternar los lados en que se coloca el extractor, una vez que se vea que el flujo de leche haya disminuido o cesado.


En algunos hospitales se cuenta con bombas eléctricas de tipo hospitalario que tienen la ventaja de que pueden extraer la leche de ambos pechos al mismo tiempo, permitiendo que haya un mayor estímulo en el pecho. También es factible rentar este tipo de bombas para usarlas una vez que la madre salga del hospital. Cabe hacer la aclaración que las bombas deben simular el patrón de succión que realiza el bebé para extraer la leche y que es el siguiente: succión, tragar, respirar. Por lo tanto, un buen tiraleches debe imitar este patrón de forma que el pezón debe succionarse y soltarse. Aquellas bombas que solo hacen succión elongando el pezón y que no lo sueltan, solamente lastimarán el pezón y no estimularán la producción de leche.


Almacenamiento y manejo de la leche materna


Para su propio hijo cuando éste se encuentra hospitalizado. Estos son los lineamientos:


  1. Antes de extraer la leche, la madre debe lavarse las manos vigorosamente, dando especial atención a las uñas.

  2. Cada madre debe usar su propio kit para extraerse leche, el cual debe ser lavado después de cada uso con agua jabonosa caliente y bien enjuagado, después colocarlo en una toalla limpia y cubierto con otra toalla limpia y permitir que seque al aire. También se puede usar lavadora de trastes.

  3. La leche extraída debe ser etiquetada con la fecha, nombre del bebé, identificación del hospital, cualquier enfermedad presente en la familia, así como cualquier medicamento que esté tomando la madre.

  4. La leche debe almacenarse en porciones pequeñas para amamantar, los contenedores mayores a 8 onzas no deben ser usados.

  5. El calostro y la leche de transición pueden “acumularse,”, es decir pueden guardarse en un mismo contenedor la leche obtenida de varias sesiones, para así juntar la cantidad usada en una toma.

  6. Los envases utilizados para guardar la leche pueden ser de vidrio, policarbonato o polipropileno siempre y cuando cierren herméticamente y tengan su interior liso.



Extracción manual de leche materna


Enséñele a la madre a hacerlo ella misma. No le extraiga usted la leche. Tóquela solamente para mostrarle lo que debe hacer y sea muy delicado al hacerlo.


Enséñele a:

  1. Lavarse las manos cuidadosamente.

  2. Sentarse o quedarse de pie cómodamente y mantener el recipiente cerca del pecho.

  3. Colocar el dedo pulgar sobre el pecho por ENCIMA del pezón y la areola, y el índice POR DEBAJO, opuesto al pulgar.

  4. Presionar el pulgar y el índice ligeramente hacia adentro, hacia la pared torácica, evitando presionar demasiado lejos para no ir a bloquear los conductos de leche.

  5. Presionar el pecho que queda detrás del pezón y la areola entre el pulgar y el índice.

  6. Debe presionar los senos lactíferos que queden por debajo de la areola (ver acetato 3/1).

  7. A veces es posible sentir los senos lactíferos en un pecho lactante. Se siente como maní o como arvejas. Si la madre los puede sentir, debe presionar sobre ellos.

  8. Hacer presión y soltar, hacer presión y soltar. Esto no debe doler; si es así la técnica está equivocada.

  9. Puede que no salga leche al comienzo, pero después de hacer presión unas pocas veces la leche comienza a gotear, a lo cual pueden seguir “chorros” de leche si el reflejo de oxitocina es activo.

  10. Hacer presión en la areola de igual forma por los LADOS, para asegurarse que se está extrayendo leche de todos los segmentos del pecho.

  11. Evitar frotar o deslizar los dedos en la piel. El movimiento de los dedos se parece más al que se hace cuando le toman a uno las huellas digitales.

  12. Evitar apretar el pezón mismo. La presión o el estiramiento del pezón no pueden extraer

  13. la leche materna, como tampoco puede hacerlo el bebé succionando solamente del pezón.

  14. Extraer leche de un pecho durante por lo menos 3 a 5 minutos hasta cuando el flujo disminuya, luego “ordeñar” el otro lado, y luego repetir en los dos lados. La madre puede usar cualquiera de las manos en cualquiera de los pechos y cambiar cuando se canse.

  15. Explíquele a la madre que la extracción adecuada de su leche toma entre 20 y 30 minutos, especialmente en los primeros días cuando puede que solamente se produzca en pocas cantidades.


En caso de que la producción disminuya:


Es importante incrementar el número de veces en que la madre se extrae la leche y es posible platicar con su médico para que le recete algún medicamento para ayudar a incrementar los niveles de prolactina.


Se ha visto que tener al bebé en contacto piel a piel y mientras se extrae la leche ayuda a incrementar y mantener una buena producción de leche. En caso de que esto no sea posible, se recomienda extraer la leche junto a la cuna de tu bebé.


También es importante tomar en cuenta que es normal que la cantidad de leche producida por la madre pueda decrementarse en los momentos en que su bebé pase por una crisis, ya que el reflejo de bajada de la leche se retarda un poco, sin embargo, no habrá que desilusionarse, esta situación será temporal y la cantidad de leche se volverá a incrementar conforme el bebé mejore.


Tomando el pecho.


¿Cuándo estará listo el bebé para alimentarse directamente del pecho? Esto dependerá de diversas situaciones, como por ejemplo la condición general del bebé, qué tan bien está tolerando el alimento, su habilidad para coordinar la succión, tragar y respirar y por último que el bebé pueda mantener su temperatura corporal fuera de la incubadora.


El proceso de las primeras tetadas será básicamente para aprender, tanto la mamá como el bebé requieren tiempo y paciencia. La madre puede sentirse torpe y frustrada en algunas ocasiones. Es posible que en un principio el bebé solamente pase su lengua sobre el pezón o se prenda al pecho, pero no succione.

Para tener una expectativa realista debemos tomar en cuenta que a las 28 semanas de gestación pueden buscar el pecho y prenderse, a las 30.6 semanas algunas succiones nutritivas pueden aparecer. Para las 36 semanas el 85 % de los bebés pueden amamantar.


Para algunos bebés es más sencillo aprender a amamantar en un seno “vacío” para así no atragantarse y prenderse de forma más sencilla.


Intentar diversas posiciones para amamantar, cuando el bebé es muy pequeño y se coloca en posición acunado, tiende a hacerse bolita, por lo tanto, es conveniente intentar usar la posición cruzada o de balón, ya que le da mayor soporte a su cabeza.


Algunos otros tips que serán de utilidad a la madre para lograr que el bebé amamante:

  1. Masajear el pecho y estimular el pezón para que se erecte y sea más fácil que el bebé se prenda.

  2. Extraer unas gotas de leche para generar interés en el bebé.

  3. Rozar los labios del bebé con el pezón.

  4. Sostener el pecho mientras lacta el bebé, en caso de que le cueste trabajo mantenerlo dentro de la boca.

  5. Comprimir el pecho mientras el bebé está prendido al pecho puede ayudarle a sacar más leche con menos esfuerzo.

  6. No limitar el tiempo que succiona en cada pecho, es probable que le tome más en poder “vaciar” el pecho.

  7. Si el bebé no alcanza a tomar toda la leche que necesita del pecho se puede pensar en utilizar un suplementador.

A pesar de que puede ser todo un reto el extraerse la leche para un bebé prematuro y lograr que se prenda al pecho, es un esfuerzo que bien vale la pena como se describió en el inicio de este artículo y estoy segura de que con el paso del tiempo ambos lo disfrutarán y valorarán mucho.



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